Goodbye my love

Este es un post muy fuera de lo común...

Ayer, Miércoles 27 de Junio del 2012, a las 17:10 hs, mi perrita se despidió por siempre.

Veinte minutos antes, al rededor de las 16:48, mi abuela entró a casa gritando desesperadamente a que baje y lleve a mi perrita al veterinario. Resultó que mi abuela salió con mi perrita como lo suele hacer habitualmente, y sin ponerle la correa porque cuando la llamamos vuelve solita. Mi perrita tenía ya sus 8 años y sufría de cataratas en un ojo, lo cuál nos oye, nos responde según los sonidos, pero no ve bien. De lejos, según mi abuela,vino un auto, la chocó, y se fue, como si no hubiera pasado nada. Cuando bajé estaba en el piso, sus patitas de atrás no se movían casi, yo la acariciaba y me miraba, y a penas sentía su respiración. A la esquina de mi casa hay una veterinaria, la cuál suelo llevarla ahí, fui corriendo a preguntar al veterinario qué puedo hacer y cómo llevarla, yo pensando que se le habria quebrado solo la patita le explique que hubo un choque pero no lo presencie, y me indicó dejarla reposar 10 minutos y recién moverla hacia el consultorio. Una vez pasado los 10 minutos, fui a la perrita para levantarla, con mucho cuidado porque no la quería hacer doler más, pero ya su pancita, apoyada en el piso, estaba fría. No quería dejar mi última esperanza, no sabía si el calor que sentía era de mis nervios o de ella, ni supe que si el temblor era del latido de ella o mi mano. La llevé a upa corriendo, pero a penas la apoyé en la mesada, el veterinario ya estaba con cara seria, hizo varias cosas para detectar alguna señal de vida, pero lamentablemente me confirmó que se quedó.

Todo eso pasó en menos de una hora, entre que la chocaron, un joven de la calle ayudó a mi abuela a entrar al perrito a acasa, y yo corriendo y volviendo de la veterinaria, llamando a mama y mi hermana para avisarles esta mala noticia, coincidimos todas con las lágrimas. Ya nunca más volverá esa perrita blanca pomposa como un osito, como una ovejita, a darnos la bienvenida a cada persona que llegue a casa. Siempre fue la primera en venir a saludar, que ni bien estamos a 2 metros de la puerta, ya viene corriendo, y cuando escucha el ruido que hacen las llaves, nos ladra un poquito para hacer notar su presencia.

La verdad es que desde que la llevamos al Pasteur, y que de ahí fui a la facultad, y volví, y al abrir la puerta me quedaba mirando el lugar donde estaba acostada cuando se despidió, no dejo de pensar en lo hermoso que fue tenerla compañia.  Así que quise dedicarle este post, para dejar una pequeña huellita suya en el mundo, además de la que ya se grabó en mi corazón.

Espero que todos quienes tengan un compañero fiel lo mimen, lo cuiden y aprecien su presencia, porque uno nunca sabe cuándo es el momento, y es mejor que puedan tener muchos recuerdos lindos compartidos con sus mascotas, que lamentar no haberlas llevado a cabo cuando se despide de sorpresa...

Gracias pichoncita por acompañarnos durante estos 7 años, te queremos mucho.